La ropa adecuada es aquella que hace sentir cómoda a una mujer y que a la vez le resalta el tipo de cuerpo que tiene. Por eso, hay que tener en cuenta 3 simples pautas en el momento de elegir y comprar la ropa adecuada, que son: que la ropa sea bonita, que siente bien y que resulte cómoda.
Cualquier prenda de ropa primero nos debe entrar por los ojos y resultarnos atractiva. Existen en el mercado millones de modelos, pero no nos gustarán todos. Es probable que cuando veas una prenda en las revistas de moda o puesta en el maniquí te seduzca. Sin embargo, no debes comprarla sin más y sin probártela antes ya que cada cuerpo es especial. Por lo general, las modelos de pasarela y los maniquíes son extremadamente delgados y de contextura casi irreal. Lo que les queda bien a ellas, no tiene porqué quedarte bien a ti también.
Por ello, una vez que hayas visto e identificado una prenda de ropa que te guste, tanto por la calidad de confección, como por los colores, estampados o accesorios que lleva, deberás probártela. Tómate tu tiempo para probártela y estar segura. No lo hagas apurada, ya que correrás el riesgo de cuando te la pruebes después más tranquila en tu casa, no te guste y te arrepientas de la compra. Además piensa que la elección de una prenda te exigirá un gasto. No malgastes tu dinero en ropa que luego no vas a usar. Ten en cuenta las posibilidades de combinación con otras prendas que tienes en casa y los accesorios que deberás comprar para acompañarla.
Cuando te la pruebas, intenta pensar para qué la utilizarás y si será lo suficientemente cómoda para ti. Por ejemplo, puedes probarte un vestido de fiesta que te quedará muy bien, pero al probártelo verás que deberás estar toda la noche sin poder bailar porque es muy corto o demasiado estrecho, o que no te deja mover bien los pies. En ese caso no será cómodo y te hará sentir insegura toda la velada. Recuerda que una mujer será más bella cuanto más segura de si misma, atractiva y femenina se sienta.
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